miércoles, 16 de septiembre de 2009

La interacción de la crisis económica y el VIH/SIDA en América Latina y la necesidad de acción

La crisis económica ha ido afectando muchas cosas y en particular en países desarrollados o países en transición como los países en América Latina. Algunos de los resultados de la crisis son los cambios en los fondos para diferentes programas que han recibido el apoyo de los gobiernos de los países. También podría haber cambios grandes para las organizaciones no gubernamentales (ONGs) si no tienen fondos suficientes para sus programas. Mientras menos fondos haya para programas de VIH/SIDA, más riesgo para el desarrollo habrá. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha estimado que el nivel de desempleo aumentaría a casi 9% (desde 7.6% en 2008) y tendría un efecto principalmente en países que dependen de las remesas y el turismo. Los ingresos de los hogares, la comida, la seguridad y la pobreza serán afectados pero también los impactos sociales serán enormes.

Los gobiernos necesitan tomar decisiones sobre sus prioridades y sus fondos limitados. Las crisis en el pasado resultaban en menos fondos para el VIH/SIDA y más se enfocaban en otros programas, pero tal vez esto sea un error y el VIH/SIDA deba ser una prioridad. La evidencia lo sugiere así. En comparación a otros programas, cortar fondos para programas del VIH/SIDA tendría efectos grandes para el desarrollo a largo plazo.

En el Caribe, la prevalencia del VIH en adultos estaba estimada alrededor del 1% en 2007 (sólo África tiene una cifra más alta) y dentro del Caribe, Haití y la República Dominicana han tenido las mayores epidemias. En 2007 se estimaba que de 9,800 a 18,000 personas habían muerto de VIH/SIDA en el Caribe y ésta es la causa principal de mortalidad en adultos que tienen entre 25 y 44 años.

Hay diferentes rutas de infección, por ejemplo, en algunas partes del mundo el riesgo de infección es a menudo a través de la transmisión de madre a hijo o el consumo de drogas inyectables y el intercambio de agujas. Sin embargo, la ruta principal de infección en la región de América Latina está en las relaciones sexuales sin protección. Además, los primeros grupos que tienen más riesgo son los profesionales del sexo y sus clientes, y hombres que tienen sexo con hombres. Estos grupos tienen muchos problemas en relación con la discriminación y el estigma de todo el mundo; pero en un contexto como América Latina y el Caribe hay aún más problemas debido a la cultura machista y también a la fuerza e influencia de la Iglesia Católica.

En Jamaica entre las profesionales del sexo, una prevalencia del 9% se ha registrado, 3.5% en República Dominicana y una tasa enorme de 31% en Guyana. Sin embargo, entre los hombres que tienen sexo con hombres, no hay datos exactos por las dificultades con las investigaciones, pero por lo menos, con los datos que existen, se ha encontrado que de cada diez infecciones reportadas, una es de relaciones sexuales sin protección entre hombres. Además, frecuentemente, estos hombres también tienen sexo con mujeres y aumentan sus riesgos de infección también. Haití es el país que tiene la tasa más alta en la región con aproximadamente 170,000 personas que viven con el VIH y la tasa se ha estimado en 2.2% en 2005.

Las profesionales del sexo y los hombres que tienen sexo con hombres tienen que hacer frente a la discriminación y el estigma por todas partes de la sociedad, incluyendo la policía y la discriminación institucional. Se sufre violencia, la pérdida de puestos de trabajo y abuso de sus derechos humanos. Por estas razones y más los programas para el tratamiento y prevención del VIH/SIDA frecuentemente no llegan a los grupos claves.

En relación con la crisis, las personas que han tenido terapia antirretroviral (y ni siquiera teniendo en cuenta las que necesitan tenerla pero no la tienen) hay un riesgo grande de que sus terapias vayan a ser interrumpidas. En el largo plazo, interrumpir el tratamiento podría ser fatal cuando consideramos que puede provocar la resistencia a los antirretrovirales, un aumento de la posibilidad de infectar entre los portadores del virus y por último la necesidad de un aumento significativo en el gasto, además de efectos negativos en el desarrollo cuando las drogas caras de segunda línea son necesarias, también las infecciones oportunistas pueden aumentar y como resultado la demanda de servicios de salud será mayor.

Para estos grupos de riesgo, el VIH/SIDA es un tema muy secreto en América Latina, pero también un tema crítico para desarrollar con éxito porque las repercusiones para las personas que tienen VIH/SIDA son enormes, aparte de la interrupción del tratamiento. El grupo más afectado es el grupo de edad que es más activo económicamente en los países, entonces resulta que hay una falta de personas para trabajar y hacer dinero para los hogares. Por otro lado, para las personas que tienen VIH/SIDA pero pueden trabajar, en épocas de crisis, muchas veces ellas son las primeras en perder sus puestos de trabajo por discriminación y porque sus empleadores quieren una excusa para despedirlas.

En algunos países de América Latina, la homosexualidad es ilegal. Junto con otros, a mí me parece que esta ilegalidad sólo ha servido para mantener clandestinos a los hombres que tienen sexo con hombres y las cuestiones alrededor de este grupo de riesgo. En Jamaica y Granada, mientras la conducta homosexual entre mujeres es legal, la conducta homosexual entre hombres es ilegal, con penas de prisión de hasta 10 años. En otros países hay políticas positivas que existen pero la legislación asociada ha hecho falta. La ilegalidad y la homofobia que existen significan barreras grandes para la utilización de servicios para las personas que viven con VIH/SIDA y para el reconocimiento de los riesgos que provoca el VIH/SIDA; como consecuencia, el VIH/SIDA sigue siendo un tema tabú y escondido.

En relación con las profesionales del sexo, una manera de hacer más dinero es la negociación sobre el uso del condón. Los clientes pueden pagar más para tener relaciones sexuales sin condones, entonces, en épocas de crisis no solamente hay más gente participando en transacciones de sexo sino también es posible que en algunos casos se tenga sexo sin condones y como consecuencia aumenten sus riesgos de exposición al virus VIH.

De la misma manera, el desempleo ha sido asociado con un riesgo más alto de infección, porque hay menos empleo en el sector formal y más necesidad de buscar otras formas de empleo, incluyendo la necesidad de conductas más riesgosas por falta de opciones. La gente necesita recurrir a formas alternativas de obtener beneficios económicos como el sexo a cambio de dinero u otras cosas como comida o a veces por artículos de lujo. Esto es especialmente común entre mujeres jóvenes y hombres más viejos. La Organización Internacional del Trabajo ha reportado que la crisis económica podría resultar en 22 millones más de mujeres desempleadas en 2009 y hay muchos estudios que han encontrado que más mujeres tienen sexo transaccional para mantener a sus familias en épocas de estrés económico.

Mientras menos empleo hay en el sector formal, más amplificación del sector informal existe. Pero el sector informal tiene mucho menos seguridad. El trabajo es mal pagado y no hay regulaciones formales. Tampoco las personas están cubiertas por los mismos mecanismos de seguridad social que tal vez tengan en el sector formal, incluyendo seguro de salud y atención médica. Además, en el sector informal, las personas tienen una falta de exposición a trabajo basado en campañas de VIH/SIDA, como campañas de prevención, distribución de condones gratis o trabajo apoyado de terapia antirretroviral.

En épocas de crisis los hogares no pueden funcionar bien con recursos humanos limitados y tensión resultante sobre las finanzas. Ya se tiene tensión sobre las finanzas cuando se necesitan cuidar las personas que tienen VIH/SIDA en términos de pagar medicinas caras y cubrir otros costos de tratamiento, proporcionar comida (una dieta buena es esencial para el funcionamiento de los antiretrovirales) y también si alguien necesita quedarse en la casa y cuidar a las personas enfermas. Los cuidadores también pueden ser adultos activos económicamente, esto resulta en menos finanzas para el hogar cuando estas personas no pueden trabajar. El SIDA resulta en la falta de maestros, profesores, trabajadores calificados, doctores, enfermeras, agricultores etc.; en la falta de sus conocimientos y habilidades y esto se combina con el crecimiento del desempleo; es aún más necesario proteger contra la propagación del SIDA y es esencial evitar los efectos de la crisis.

Por eso, los efectos de la crisis en hogares y en la sociedad son de largo alcance. Niños y niñas podrían ser sacados de la escuela porque las familias los necesitan para trabajar. Principalmente, las niñas son sacadas de la escuela antes que los niños para ayudar en el hogar. Cortar sus educaciones, podría resultar en menos capacidad para garantizar el empleo, el éxito en el futuro, en sociedades donde las mujeres ya tienen menos oportunidades.

Estos factores de riesgo, como el desempleo y las desigualdades de género y pobreza, no harán sino empeorar en relación con la crisis. Presupuestos sostenibles y el establecimiento de prioridades para el SIDA necesitan ser un enfoque grande. Eso es claro cuando consideramos las repercusiones si el SIDA fuera retirado de la agenda como se indicó anteriormente. Pero consideremos los grupos marginados, las poblaciones claves y el deseo al nivel de los gobiernos de apoyar campañas populares y grupos menos controversiales. Por ejemplo, una campaña sobre la lactancia materna dirigida a las mujeres embarazadas es mucho menos contenciosa políticamente y va a encontrar menos resistencia de la población general en comparación con una campaña que promueve el uso de condones entre hombres que tienen sexo con hombres. Por estas razones es crítico realizar un examen de los efectos de la crisis y determinar su impacto, además, informar las políticas futuras antes del progreso del SIDA y del desarrollo de esta amenaza.

Personalmente, no siento que solamente tengamos que aprender de las crisis en el pasado sino también de los casos de buenas prácticas en relación con la disminución de la discriminación y el estigma. Desgraciadamente no pienso que vaya ser fácil. También dudo que vaya a suceder en el corto plazo. Además, no percibo que solamente necesitemos más programas de prevención o tratamiento dirigidos a estas poblaciones; un cambio completo de las opiniones fuertes alrededor de la homosexualidad y el sexo transaccional será fundamental para garantizar que estos grupos de riesgo y sus familias tengan los mecanismos de ayuda para vivir en una sociedad justa y con derechos iguales. Específicamente con referencia al sexo transaccional, necesitamos entender más las razones de las personas que practican sexo transaccional y necesitamos parar la persecución de éstas que, muchas veces, no tienen otras opciones y es probable que tengan aún menos opciones en tiempos de crisis.


En relación con la homosexualidad, en otras sociedades se han tenido cambios, en el pasado muchas personas no creían que las opiniones pudieran cambiar sobre que ser gay era anormal, pero lo hicieron. Por supuesto, todavía hay mucha discriminación y estigma por todo el mundo pero poco a poco podría cambiar.


Los efectos de la crisis económica y su interacción con el VIH/SIDA, especialmente entre hombres que tienen sexo con hombres y los profesionales del sexo en la región, podrían ser enormes como se indicó anteriormente. Por estas razones, es fundamental que los gobiernos y las sociedades reconozcan los efectos negativos para toda la sociedad a largo plazo y es importante reconocer la necesidad de aplicar un marco de derechos humanos y dirigir esfuerzos a los grupos que tienen más riesgo, a pesar de (o debido a) sus dificultades y clandestinidad.

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