domingo, 3 de noviembre de 2019

La La Land del español

He vivido en Los Ángeles por casi 20 años desde que me mudé aquí de Japón. Y todos saben que hay mucha gente que vive aquí y habla español, y hay algunos que ni siquiera pueden hablar un poco de inglés. Me sorprendía antes el hecho de que hay mucha gente que habla español, pero ahora entiendo eso. Es que Los Ángeles es el lugar de diversidad.

Me acuerdo de que hace muchos años, me pasó algunas veces, que alguien en la calle me preguntó algo en español y no pude responderle; por supuesto porque los únicos idiomas que yo hablaba en esa época eran japonés y un poco de inglés. Mi interés por aprender español empezó cuando hice un amigo de Perú en la universidad. Algunas veces lo visitaba en su casa y tenía la oportunidad de ver a su mamá, que no hablaba nada de inglés; yo veía a mi amigo hablando con su mamá en español y me llamaba mucho la atención su conversación; yo quería comunicarme con su mamá, que era muy amable y simpática conmigo, aunque no podíamos platicar y entendernos muy bien. Creo que mi jornada para aprender español empezó ese día.

Pero primero, para estudiar español, tuve que aprender inglés, y tuve muchas dificultades para adquirirlo como idioma principal porque soy un tipo introvertido y no muy sociable con la gente. Los amigos que tenía cuando estaba en la universidad eran también ajenos a que no hablaba inglés bien, y por eso me sentía más cómodo al hablar con ellos. Entonces, yo aprendía español de mis amigos que eran de Centroamérica o Sudamérica. Cuando empecé a tener suficiente confianza para hablar inglés, decidí aprender español para aprovechar que mis amigos lo hablaban. Fui completamente autodidacta para aprenderlo primero, y hasta hace poco decidí tomar unas clases de español para perfeccionarlo.

Creo que domino hablar inglés hoy en día (mejor que cuando estaba en universidad), y es sorprendente que después de casi perfeccionar mi inglés, pude aprender español más fácilmente que antes porque el inglés y el español son gramaticalmente parecidos en comparación con el japonés. Aunque hay muchas expresiones que son diferentes en inglés y español, me parece que saber inglés es una gran ventaja para mí. Cada vez, cuando descubro vocabulario nuevo en las historias en español que leo, busco los significados equivalentes en inglés y español, y acabo por aprender una nueva cosa en ambos idiomas.

El español y japonés son completamente distintos porque lingüísticamente vienen de raíces diferentes. Pero estos idiomas tienen algo en común que me hace fácilmente memorizar las palabras: esto es la pronunciación. Hay muchas palabras que se pronuncian casi igual en japonés, pero, claro, los significados son diferentes. Por ejemplo, tenemos la palabra “baka”, que significa “estúpido” en japonés. Y también hay “vaca” en español. Otro ejemplo es “ya mero” en español; decimos en japonés “yamero”, que significa “para/pare/no hagas”. En muchos casos si las palabras de español suenan como en japonés, puedo relacionarlas con él para memorízalas.

Entonces, por si acaso el mundo se pregunta si hay algún homónimo en japonés e inglés, de hecho, la respuesta es no. Pero tenemos este término llamado “wasei-eigo”, o sea, “inglés-japonés”, que es para expresiones basadas en palabras de inglés o partes combinadas de palabras. El problema es que muchas palabras no tienen los mismos significados que sus originales, y me he confundido de vez en cuando. Por ejemplo, tenemos la palabra “albaito”, que significa “part time job” o trabajo de medio tiempo. El otro ejemplo es “chakku”, que es “zipper” o cierre. La palabra “ekis” que se dice “extract” en ingles, significa “extracto” en español. Todavía cometo errores de estos porque crecí aprendiendo esas palabras incorrectamente, y eso creaba malentendidos y confusiones en la conversación.

Ya que he cometido muchos errores y malentendidos en inglés, creo que tardaré mucho tiempo en aprender español, así como inglés, y voy a tener un montón equivocaciones a partir de ahora. Me da vergüenza, pero no debo tener miedo por eso sino solamente seguir aprendiendo. Ojalá que algún día sea tan independiente para hablar español como inglés, y así lograr hablar sin ayuda durante un viaje a los países de Latinoamérica o a España. Tal vez en el futuro pueda platicar con los padres de mis amigos totalmente en español, y tal vez pueda servir a alguien que me pida ayuda en la calle como antes que me pasó. Es mi meta.