domingo, 4 de octubre de 2009

¡La Ciudad de México puede mejorar!

Los problemas principales que ahora la ciudad de México tiene son numerosos. La ciudad está sobrepoblada, le falta suministro de agua, hay mucha contaminación del aire y el agua, etcétera. Son problemas que todos conocemos y hemos sufrido, incluso yo misma.

El problema de la sobrepoblación todavía continúa y la población está creciendo muy rápido cada año. La Ciudad de México es la ciudad que tiene más población entre las ciudades hispanoamericanas, ahora México tiene más de 100 millones de personas y casi 20% de la población del país vive en la ciudad capital. El índice de crecimiento no es tan alto como antes, pero tiene una alta población por kilometro cuadrado de casi 1500 personas. Por supuesto, el problema de la sobrepoblación conlleva los problemas de ambiente también, por eso es muy importante distribuir a la población. El gobierno necesita acondicionar las áreas rurales para distribuir a la población; para tener éxito es importante tener un plan sustentable que resuelva el problema fundamentalmente.

En la Ciudad de México llueve mucho en un tiempo corto, y el sistema de tuberías no puede absorber toda la lluvia, por eso la calle está llena de agua y los coches no pueden pasar; esto causa tráfico. Algunos dicen que la basura causa el problema y esto es algo que nosotros podemos prevenir. Sería bueno que la ciudad tuviera un mejor sistema para distribuir el agua y para guardarla, la eficiencia de su uso aumentaría, y esto podría evitar su falta también.

También en la Ciudad de México la policía no tiene autoridad. La ausencia de autoridad no garantiza la seguridad adecuadamente, la gente utiliza mucha vigilancia privada que cuesta mucho. El hecho es que la organización del país no funciona bien, esto significa que el gobierno puede perder su poder también. El gobierno necesita mantener sanas todas sus organizaciones para proteger a la población de México.

El problema social empieza con el problema de la educación. Un dato del año 2008 dice que el porcentaje de entrada a la secundaria y la preparatoria es de 60%, que no es muy alto en comparación con otros países en el mundo. El porcentaje no sólo señala el nivel de la educación en México, el problema se combina con los embarazos juveniles. Después de graduarse de la preparatoria o antes, algunos se casan y tienen hijos, pero casi ninguno tiene un trabajo profesional por su educación de nivel bajo, por eso sólo se concentran en cómo va a seguir la vida.

El gobierno necesita apoyar la educación y rogar a los estudiantes que pongan atención en la importancia de la educación. No hay duda sobre la importancia de ésta: es la única manera en que México puede cambiar fundamentalmente, aunque necesita más tiempo, pero sí, ¡la Ciudad de México puede mejorar!

¡DILES QUE NO ME MATEN!

“¡Diles que no me maten!” de Juan Rulfo es un cuento que caracteriza la cadena perpetua de violencia que los mexicanos han sufrido por siglos. También la obra refleja la memoria colectiva de humillación violenta a un miembro de la familia (en este caso el padre) y la emoción irrefrenable de venganza.

Pasaron treinta y cinco años desde que Juvencio Nava mató a don Lupe Terreros por una disputa territorial. Desde entonces Juvencio tuvo que vivir como un fugitivo, no sólo de la ley sino de la venganza. En su vejez cuando Juvencio finalmente llegó a sentir en la mente la paz, los captores que el hijo de don Lupe mandó vinieron por él. El hijo, quien llegó a ser un coronel, dio la orden de fusilarlo. Justino, el hijo de Juvencio, regresó al rancho donde la familia se había escondido por décadas con el cadáver de su padre.

Aunque Juvencio pidió al coronel perdón, no lo condenó por el hecho de la venganza. Para ambos Juvencio y el coronel, la venganza es un acto predestinado, muy natural. El coronel no parecía tener consolación con la muerte pero lo hizo simplemente por un sentido de obligación. Mientras un desequilibrio fue creado por el asesinato de don Lupe, el balance fue reestablecido por el fusilamiento, pero emergió un nuevo desequilibrio por parte de la familia de Juvencio. Y la trama insinúa la repetición perpetua de venganza entre dos familias.

La venganza familiar es un tema universal a través de culturas diferentes. Sin embargo, para los mexicanos el tema no es un cuento en un mundo de novela sino una realidad acuñada fuertemente en su memoria colectiva por una historia trágica, la tragedia de la violación de su cultura por parte de otra que los creó, la tragedia de ser hijos ilegítimos de hombres en el poder, la tragedia por desconocer a sus padres o no tener ninguna perspectiva de lograr un modo de vida como el de sus padres, la tragedia de ser exiliados en su propia tierra. Esas tragedias no necesariamente son la experiencia individual pero los mexicanos las comparten como experiencia colectiva y también mantienen el deseo irresistible de corregir los desequilibrios que las crearon. La venganza familiar es una expresión de esa mente.

La novela también indica que la Revolución falló en reparar la conciencia en desequilibrio del pueblo mexicano.

La muerte de don Lupe subraya que el problema agrícola que había causado la Revolución todavía existía en la época de la posrevolución. La equivocación en la reforma agrícola insinúa la equivocación en restaurar una nueva identidad y estimación propia entre el pueblo que había intentado re-evolucionar. La corrupción de la elevada idea de la Revolución ha dado como resultado la persistencia de desigualdad e injusticia social, y la continuación psicológica del sentido negativo que los mexicanos habían heredado por la historia trágica. Por eso la venganza sigue siendo una norma, al contrario de otras culturas, en México como una expresión popular para derrotar la historia tan triste de su raza.

La fuerza de esta obra existe en este contexto histórico y el cuento puede tocar la mente y la memoria colectivas de lectores mexicanos directamente.