martes, 25 de octubre de 2011

Un brasileño genial

Un día en la clase de español el profesor me pidió que eligiera un tema cualquiera y que le escribiera un texto, no sólo porque iba a evaluarlo, sino porque yo practicaría mis conocimientos sobre las técnicas de redacción. Sin embargo, tenía duda sobre el tema que iba a tratar.

     A causa de encontrar una inspiración para escribir, empecé a escuchar las canciones de Roberto Carlos. Se me erizaba la piel de la emoción al acordarme de mi niñez, cuando mi papá durante todo el mes de agosto de cada año salía de vacaciones y viajábamos en coche con nuestra familia hasta una ciudad lejana. Durante el trayecto escuchábamos sus grandes éxitos. Entonces pensé en hacerle un homenaje a ese increíble cantante y compositor, que desde mi punto de vista es uno de los principales representantes de la música brasileña de la actualidad; incluso es conocido como el Rey de la música romántica o simplemente conocido como el Rey, Roberto Carlos.
     Ahora estoy escuchando "Emociones": "Cuando estoy aquí, yo vivo este gran momento..." Siento que sus canciones son verdaderas poesías, una forma de arte que nos habla de amor, de desamor, de la naturaleza, de los padres, de las madres, de los hijos, de la fe, de los amigos y, sobre todo, del amor a la antigua, del tipo que aún le envía flores a la mujer amada.
     Después de contemplar un poco de su obra me puse a pensar de dónde viene tanto talento o por qué parece que sus canciones platican conmigo; sólo me viene a la mente que eso es un don divino para transmitir mensajes. Y, pese a no conocerlo personalmente, a través de su trabajo él ha participado en mi vida de una manera muy especial; aconsejándome en momentos de duda, tranquilizándome en tiempos difíciles e incluso alegrándome cuando disfruto momentos de felicidad al lado de mis familiares.
     Siempre antes de salir de viaje, mi papá les pedía a los mecánicos que hicieran una verificación en su coche así como en "Mi Cacharrito", que dice: "Mandé mi cadillac al mecánico hace días. / Hace tanto tiempo que en verdad lo merecía. / Y como necesito tanto el carro lo llevé a revisar, bi, bi. / Quiero reparar mi cadillac, yu, bi, du, bi, du, bi, du, du, bi". Nuestro destino aquella vez fue Espíritu Santo y por casualidad descubrimos que Cachoeiro de Itapemirim, ubicada en ese estado, fue la ciudad donde nació Roberto Carlos. En ese momento quizás me llamó la atención saber que tuvo un accidente cuando era niño y perdió parte de la pierna derecha. Creo que de veras fue una fatalidad. No obstante eso no le ha quitado su alegría de vivir y rápidamente me acuerdo de los versos de "Yo sólo quiero": "Yo quiero tener un millón de amigos y así más fuerte poder cantar".
     ¡Qué alegría saber que empezó su carrera cuando sólo tenía nueve años! ¡Sus ganas de vencer sus propios límites son de veras impresionantes!, pues nos ha enseñado que, pese a que tengamos momentos difíciles, no sólo debemos sonreír a la vida, sino transformar la dificultad en oportunidad.
     Me acuerdo también de mi abuelo que, igual que el Rey, tuvo que trasladarse a Río de Janeiro con su familia en su juventud. Además, a mi "vovô" le encantaban también sus melodías, sobre todo la de "Amigo": "Tú eres mi hermano del alma realmente el amigo, / que en todo camino y jornada estás siempre conmigo. / Aunque eres un hombre aún tienes alma de niño. / Aquél que me da su amistad, su respeto y cariño. / Recuerdo que juntos pasamos muy duros momentos / y tú no cambiaste por fuertes que fueran los vientos. / Es tu corazón una casa de puertas abiertas. / Tú eres realmente el más cierto en horas inciertas..."
     ¡Qué lindo homenaje hizo Roberto a su gran amigo llamado Erasmo Carlos! Me encantó la idea de saber que se conocieron en los años 50, cuando eran compañeros de clase y compartían sus gustos musicales. Creo que tenían tanto talento que ambos querían demostrárselo. Así que lograron formar un grupo y todos los fines de semana tocaban en bares ubicados en su barrio. No puedo imaginar cómo fueron las primeras experiencias de Roberto Carlos en la TV Tupi o en la radio interpretando temas de bolero, bossa nova e incluso el conocido y admirado chachachá.
     Una vez mi mamá me dijo que ella empezó su noviazgo con mi papá cuando Roberto Carlos ya era el líder de la "jovem guarda", en la década de los 60, y cantaba ritmos al estilo de Elvis Presley con los que tuvo éxito, inclusive con las notas de: "Quiero que también te abrigues del invierno y que lo demás vaya al infierno". Realmente no me explico cómo fue el cambio del estilo rock al romántico. Como sus letras nos relatan sus propias experiencias, creo que algo sucedió en su vida; es como si quisiera cambiarla y jamás volvería a vivirla.
     Lo cierto es que esa receta ha sido tan exitosa que le ha brindado varios premios por parte de los medios de comunicación, además del reconocimiento de su público, a pesar de que otros cantantes latinoamericanos no han logrado tal hazaña. Me parece increíble que a lo largo de su carrera haya tenido más de 120 millones de copias vendidas, un récord para cualquier cantante. Y me da mucho gusto saber que hoy en día sus presentaciones son las más grandes realizadas por un artista latino y que su orquesta es considerada la mejor de la historia. ¿Genio o poeta? ¡Lo interesante es que está siempre innovando!, pues la formación de su orquesta original era de 32 músicos y con el surgimiento de los sintetizadores ese número bajó a 16. La tecnología al servicio del hombre.
     ¡Qué inmensurable privilegio debió haber sido trabajar con, nada más y nada menos que, Frank Sinatra!
Una vez les tocó hacer algunas presentaciones juntos; sin embargo, los músicos de "la Voz" resultaron intoxicados. Entonces Roberto le dijo a Frank de una manera muy creativa que sólo le colocara las partituras a los suyos y ellos lo acompañarían, y así sucedió. Como decimos en Brasil: "quién sabe lo hace en vivo". Después, en una entrevista, Sinatra confesó que jamás había tocado con una orquesta igual.
     No sólo se le ve que al Rey le gusta su oficio, sino que lo hace con mucho amor. Entonces, recordé lo que decía "Amante a la Antigua": "Yo soy aquél amante apasionado / que aún usa fantasía en sus romances. / Le gusta contemplar la madrugada / soñando entre los brazos de su amada. / Yo simplemente soy de esa clase / que ya no es muy común en nuestros días".
      A pesar de todo ese éxito, a pesar de que la vida le ha dado duros golpes quitándole a las mujeres más importantes de su vida, él no ha perdido su sencillez. En un primer momento recordé que su madre se llamaba Laura y que él la admiraba mucho, por eso le compró un barco y lo llamó Lady Laura mientras cantaba: "Lady Laura, abrázame fuerte / Lady Laura, y cuéntame un cuento / Lady Laura, un beso otra vez / Lady Laura". ¡Qué orgullo esta madre debe de tener de ese hijo! ¡Quisiera tener uno igualito!
     En una segunda etapa, creo que como forma de superar sus problemas y de hacer plegarias él cantaba: "Jesucristo, Jesucristo, Jesucristo yo estoy aquí". O “Nuestra Señora, dame la mano, cuida de mi corazón, de mi vida, de mi destino, de mi camino. ¡Cuida de mí!" Pienso que ambas letras son de una sensibilidad tremenda y también las he usado a diario para comunicarme con el divino. ¡Una receta infalible!
     Una vez tuve la oportunidad de asistir a uno de sus conciertos en Brasil y confieso que me emocioné, pues considero que esa mezcla de genio y poeta ha logrado la perfección. De una manera muy simpática, carismática, él platica con su público y así logra su atención y respeto. Interpreta sus éxitos junto con varios artistas famosos, mientras exhala una luz muy especial.
    El momento más esperado de aquel concierto fue cuando él dedicó su presentación su eterna enamorada Maria Rita y le demostró su amor cantando la canción: "Cómo es grande mi amor por ti": "Yo tengo tanto hoy para hablar / que con palabras no sé decir / cómo es grande mi amor por ti". Considero que de todas las que ya escuché, ésta es la más hermosa, y representa el verdadero amor.
     Al fin de la presentación él lanzó algunas rosas blancas a sus fans y me tocó a mí agarrar la primera. ¡Qué suerte! Desafortunadamente no pude saludarlo en su camerino, pues las personas de la seguridad no le daban el paso a nadie. Pero, si pudiera platicar con él, le diría: "Es una emoción enorme poder saludarlo y le agradezco por ser ese profesional tan brillante que ha contribuido para la evolución de varias generaciones. Que siempre llena nuestros corazones de buenas vibras, de fuerzas, de esperanza y por enseñarnos que todo en su vida lo ha hecho con y por amor".
     Al final le entregaría una rosa y le cantaría: "¿Qué será de ti? Cambiaste sin saber toda mi vida, motivo de una paz que ya se olvida. No sé si gusto más de mí o más de ti". ¡Qué Dios lo bendiga y lo conserve siempre así!
     Querido lector: de veras me encantó escribirte un poco sobre ese brasileño que, desde mi punto de vista, es genial. Espero que te haya gustado la historia, y para finalizar este texto te ofrezco los versos de "Detrás del Horizonte", que dicen: "Detrás del horizonte debe haber / algún lugar bonito donde hallar la paz, / donde pueda yo encontrar naturaleza / alegría y felicidades con certeza".