domingo, 7 de noviembre de 2010

Bilingüismo

Todos saben que para comunicarse la lengua es algo crucial. Cada día expresamos muchas cosas gracias a muchas palabras. Pero existen personas que poseen la habilidad de hablar dos idiomas desde que son niños. La capacidad de hablar dos idiomas perfectamente es, por obvias razones, una ventaja no sólo cuando buscamos trabajo, sino que es una clave para mejorar el intelecto. La cuestión de la habilidad de usar dos lenguas alternativamente, que se define como bilingüismo, ha sido siempre un caso para la ciencia. El bilingüismo es un término complicado y hay diferentes tipos, pero en general existen tres muy importantes. Hay varios factores que influyen en el conocimiento de la segunda lengua, entre los cuales está el importante papel de los padres. Entonces ¿Qué abraca el término bilingüismo? ¿Cómo es posible criar a un niño bilingüe y es necesario hacerlo?

Los científicos siempre han meditado varias cosas sobre el bilingüismo, especialmente el bilingüismo desde el nacimiento fue un caso curioso y la capacidad de los niños de usar los dos idiomas fácilmente. Los británicos descubrieron que la parte responsable de esta habilidad es una pequeña región del cerebro gracias a la que las personas bilingües casi nunca se equivocan cuando hablan, aunque la misma parte es responsable de tener los dos idiomas. Todo esto no es tan fácil y la mayoría no tiene la oportunidad de ser bilingüe porque esto debe suceder durante la infancia y algunos científicos son de la opinión de que el límite de la edad es doce años. Cuanto más crecemos tanto más perdemos la habilidad de absorber la lengua automáticamente y necesitamos aprenderla. Además, durante la maduración las partes de los órganos de la voz responsables del acento y la pronunciación se vuelven rígidos. En el caso de las personas que tuvieron la capacidad de hablar la lengua segunda más tarde, su conocimiento se va a encontrar en otra parte de cerebro diferente al de la lengua materna.


El bilingüismo está dividido en tres diferentes tipos: coordinado, compuesto y tardío. Los primeros dos se desarrollan durante la infancia temprana y el último en el caso de aprender el segundo idioma después de la edad de doce años. En el bilingüismo coordinado los niños desarrollan los dos sistemas lingüísticos y para cada palabra tienen dos conceptos y dos imágenes acústicas o de representación física de la palabra. Para ser bilingüe coordinado el niño tiene que tener padres hablantes nativos de diferentes lenguas maternas y cada uno debe usar sólo su lengua. El resultado, los niños construyen dos sistemas aparte y los usan fácilmente. La otra posibilidad es cuando todavía un niño pequeño, que ya dominó la lengua materna, es adoptado por padres de otro país. En este caso también la persona siente clara diferencia entre los dos sistemas. El bilingüismo compuesto pasa cuando los dos padres son bilingües y cada uno usa los idiomas alternativamente. Estos niños en el futuro van a usar las dos lenguas fácilmente y sin acento, pero nunca van a usarlas con entera distinción. Es decir, nunca van a tener su propia lengua materna.


El último tipo y el más exigente es el bilingüismo tardío y está en contraste con los anteriores porque el desarrollo de la segunda lengua ocurre después del periodo crítico para aprenderla. Es el caso de las familias que se mudan a otro país. Si los padres son, por ejemplo, de Polonia y se mueven a Alemania u otro país extranjero. Dejar el país y vivir en uno extranjero siempre tiene una gran influencia sobre todos los miembros de la familia. La nueva realidad provoca problemas difíciles y a veces sorprendentes. Uno de los problemas iniciales es la barrera lingüística. Pero en realidad los niños pueden vencerla fácilmente. Poseen la habilidad de aprender rápidamente el idioma usado en la escuela o jardín de niños y de hacer nuevos amigos. Después de unos meses son capaces de hablar el idioma cada día mejor. A veces prefieren usar la segunda lengua más que la lengua materna y los padres observan que cada vez que los niños mejoran su segunda lengua y cometen más faltas en la otra; la gramática, ortografía, sintaxis y vocabulario se empobrecen. Estos efectos son comunes en familias donde los niños aprendieron las bases de su lengua materna cuando todavía vivían en sus países. Lo peor puede suceder cuando los niños abandonan su patria en una temprana etapa del desarrollo de su lengua materna y en este caso la probabilidad de conocerla es menor. Esto toca también a los niños nacidos en un país extranjero. Sin embargo, es una visión negra y no tiene que pasar. Aquí mucho depende de los padres y es necesario que sepan la gran importancia de los dos idiomas. Gracias a esta actitud existe una posibilidad real de que los niños sean bilingües. La pregunta será, ¿qué deben hacer los padres para lograrlo?


El niño no va a convertirse en un niño bilingüe automáticamente y los padres son los más responsables de este proceso. Si recuerdan la importancia de la crianza bilingüe y de la lengua materna y la usan consecuentemente cuando les hablan, el proceso funcionará. Pero tienen que tomar la decisión sobre esta educación muy temprano.


La lengua del bebé que está con su mamá todo el tiempo no está en peligro. Pero si los padres trabajan y el bebé está en la guardería, va a aprender el idioma que escucha. Entonces es recomendable que los niños escuchen discos compactos, vean programas; que los padres les lean libros, poemas y que les hablen en su lengua.


En opinión de lingüistas y pedagogos, en el caso del bilingüismo tardío es importante que los padres no mezclen las lenguas. Si usan una mezcla de dos idiomas y no uno puro, los niños van a preservar una forma incorrecta. No hay que usar la segunda lengua en la casa porque la pueden escuchar en la escuela, en la calle o cuando hablan con sus compañeros. Además, es probable que enseñen a los niños la forma incorrecta. Los padres lo hacen porque creen que de esta manera van a ayudar a los niños a acostumbrarse, pero no es correcto porque los niños sólo pierden su propia lengua.


A veces la situación parece más complicada. Existen familias donde se usan dos idiomas en la casa y el tercero en la escuela, por ejemplo, cuando la madre es polaca, el padre es alemán y viven en España. En este caso existe una regla que, en opinión de los lingüistas y pedagogos, es muy importante. Se llama OPOL (one person one language), una persona una lengua. La madre se comunica con los niños en polaco, el padre en alemán y los niños aprenden español en la escuela.


Es verdad que los niños aprenden rápido, pero también olvidan rápido. La escuela es el lugar en donde los niños pasan la mayoría de sus días y por eso pueden olvidar la lengua materna más fácilmente. Es el tiempo en que los padres tienen que trabajar mucho porque para sus hijos la escuela y los compañeros son lo más importante. Desde este momento los padres necesitan trabajar más sobre la preservación de su lengua. Lo más fácil es mandar a los niños a una escuela porque ellos aprenden efectivamente con sus coetáneos. Sin estas clases no van a aprender a leer ni escribir en su lengua. Pero únicamente la escuela no es suficiente. Lo más importante es la motivación de los hijos y la creencia en la idea de que es importante aprender su lengua y participar en las clases aunque en este momento los otros descansen. Hacer declaraciones no va a persuadir a los niños; hay que apreciar el valor de la lengua materna, ver que aprenderla no es sólo una obligación sino algo más: es útil. Por eso, los niños tienen que visitar su país regularmente, tener compañeros polacos, leer libros y revistas en polaco o fácilmente escribir correos a sus abuelos y a sus primos. Los padres son también los maestros de la cultura materna y no pueden olvidar que es indispensable que enseñen las tradiciones nacionales, la historia o la cultura. Sin saber estas cosas, los padres no van a crear el sentido de identidad.


A veces los adultos se preocupan de la enseñanza de la segunda lengua más que de la materna y la usan con esa intención en la casa. Pero, por ejemplo, los niños no van a hacerse españoles si no hablan polaco. No van a ganar, al contrario, van a perder mucho si los padres desestiman la lengua materna. Si los padres no cuidan la educación polaca de los niños les quitan la posibilidad de elegir el país y la cultura. Además, no es fácil encontrar trabajo en Polonia y si los hijos saben dos idiomas, sus oportunidades crecen y Polonia puede ser el país donde encontrarán posibilidades de desarrollo.


Es necesario que los niños tengan contacto con su idioma materno, con la cultura, porque sólo gracias a lecciones y escuelas de lengua no vamos a enseñar a nuestros hijos el segundo idioma. Es también indispensable que lo escuchen unas horas durante el día, que lo usen en situaciones diarias cuando, por ejemplo, juegan con sus compañeros. De esta manera el niño va a absorber la segunda lengua sin obstáculos. Los padres no siempre están conscientes de que deben preocuparse por el desarrollo de la lengua materna.


Existen más factores que influyen el proceso de conocimiento de la segunda lengua y de la lengua materna; éstos pueden auxiliarlo o contenerlo; tienen influencia sobre el nivel de fluidez en el segundo idioma. El factor principal es la edad y es obvio que cuando empezamos más pronto es mejor, porque los órganos de la voz son más flexibles y los niños pueden dominar el acento y la entonación sin faltas. Con la edad la capacidad de imitar sonidos disminuye. El segundo factor es el sexo, porque las muchachas son superiores a los muchachos en habilidades verbales y tienen menos problemas con la dislexia o digrafía, hablan más sueltamente, poseen mejor memoria, habilidad de asociar e intuición femenina. Por eso son mejores para aprender idiomas que los muchachos. El siguiente es la motivación, que está dividida entre la motivación exterior e interior. La primera está conectada con la personalidad del alumno, premios y castigos y la segunda, principalmente, con la necesidad de obtener educación sin pensar en los beneficios, las ambiciones y la creencia de que esta lengua puede ser útil. También el ambiente en la casa es importante. Mucho depende de la situación de la familia, pues las familias más ricas son capaces de ofrecer más a sus hijos que las familias pobres. Los ricos pueden pagar la escuela de lengua y, en caso de emigrar, hacen todo para mantener el nivel y desarrollo de la lengua materna y después de la segunda lengua. El último factor pero el más crucial son los padres y su importancia en el proceso del bilingüismo. Lo que fue dicho antes, los padres son como la luz en un túnel para sus niños en un país extranjero y tienen que recordar las reglas del bilingüismo. Si las aplican con inteligencia, consecuentemente los niños van a crecer en un bilingüismo de balance.


Otro ejemplo tiene que ver con las familias mixtas donde la madre es extranjera y el padre habla la lengua de país donde viven o al revés. Entre los dos hay diferencias en el modo de educación lingüística. En las familias donde la madre usa el idioma del país y el padre usa su propio idioma es más probable que los niños aprendan el idioma de madre más rápidamente. ¿Por qué? Porque generalmente los padres no pueden embarcarse totalmente en la educación lingüística de sus niños. Por ejemplo, no todos hombres pueden inmediatamente ponerse en el papel de padre y a veces no hablan con su bebé porque creen que no entiende nada. A veces piensan que todavía tienen tiempo y además saben que no van a pasar tanto tiempo con ellos. Otros opinan que van a empezar a enseñar a sus niños en la edad de la guardería porque entonces pueden hablar normalmente y comunicarse. Pero cuando en la familia mixta la madre habla una lengua diferente al idioma del país la situación es diferente, pues los niños en las familias bilingües aprenden más rápidamente la lengua de la madre porque es la persona del primer contacto. Los niños escuchan y sienten su presencia y buscan el contacto con ella. Especialmente durante la emigración, las madres quieren hacer todo para enseñar a sus hijos y de esta manera recrear una pequeña parte de su patria.


Aga M.

1 comentario:

Fernando dijo...

Sin duda, éste es un tema central a la hora de pensar en la educación de los niños, y más en un mundo globalizado como en el que vivimos actualmente. Además, es una excelente exposición la que haces Aga.