jueves, 4 de diciembre de 2008

Utopia

Observamos un país "irreal" donde hay los siguientes problemas: un crecimiento económico débil, unas organizaciones estatales y financiarías poco fiables, un nivel de educación muy bajo para la mayoría, un estado de salud deficiente en las clases bajas.

¿Cómo y con qué empezar? Primero sería una idea favorecer el trabajo. El trabajo brinda la dignidad y el desarrollo personal. Luego, beneficia a toda la sociedad. Para llegar a un estado de trabajo óptimo, ya que no todos tienen la posibilidad de conseguirlo, habría que cuidar la educación práctica. En otras palabras, se trata de insistir en la educación profesional para integrar a todos en el funcionamiento de la sociedad. Después se podrá incitar una cultura de educación permanente para reciclar los conocimientos profesionales y generales.

¿Qué parte de la población tendríamos que cuidar particularmente para salir adelante con ese objetivo? A los niños, claramente, y más que todo a las mujeres, al igual que los programas de microcréditos, que se enfocan en responsabilizar y ayudar a las madres, la educación y el comportamiento social, pues casi siempre las mujeres pasan a ser los jefes de familia. Para completar ese esfuerzo, las autoridades deben de proveer una comida adecuada y un programa de salud preventiva bien establecido, sin olvidarse de auspiciar un control de nacimientos suficiente para equilibrar la cantidad y calidad de vida de sus ciudadanos. A veces se logra con tal de tener un apoyo suficiente para cada familia, pero limitado.

Además de la participación y de la motivación social de todos, el gobierno y las instituciones legales tienen por consiguiente que proporcionar un marco confiable y honesto. De lo contrario el consenso general se dividiría en capas. Al fin y al cabo, la meta será alcanzar más riqueza y un desarrollo que nunca se conseguirá de forma duradera si solamente unos se benefician a costa de los otros.

Por ejemplo, programas de ese tipo requieren mucho dinero (la ironía del dinero es que una pequeña suma no se arranca sin dificultades, ¡pero para un gran préstamo hay mil maneras de obtenerlo!). Entonces es imprescindible que un país, su gobierno e instituciones se hagan creíbles frente a otros países donde se encuentren los recursos financieros para apoyar a nuestro país utópico.

Finalmente el reconocimiento fuera de sus fronteras será el que ayudará a encontrar mercados para la producción nacional. La globalización no tiene que ser una fatalidad sino una apertura para las sociedades paralizadas por causas históricas o geográficas. Una cultura se cambia, un ambiente natural no tan fácilmente.

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